algunas precisiones sobre el proceso de transcodificación que opera en la morfogénesis.
En este artículo Edmond Cros prosigue el examen de algunas nociones fundamentales de su teoría y más especialmente de la morfogénesis. Precisa que este término se refiere al proceso de transcodificación, en las estructuras textuales, de las estructuras socio discursivas que operan en el contexto. Con algunos ejemplos demuestra cómo el texto transcodifica un enunciado estructural inicial y programador en campos discursivos diferentes regidos por unas aplicaciones respectivas diferentes. A partir de un elemento embryonario único, este proceso produce entidades transformadas desemejantes llamadas fenotextos per Edmond Cros.
Palabras claves : Morfogénesis, Fenotexto, Transcodificación, Estructuras Textuales, Capitalismo mercantil, Saussure, Freud, Alemán, Guzmán de Alfarache
Las investigaciones de Hermann Von Helmotz en el campo de la Óptica fisiológica (Óptica fisiológica, 1856-1866) han llevado a una definición radicalmente nueva de los mecanismos de la percepción y, luego, a una nueva problemática de lo visible. En un estudio anterior (Cros : 2012) había observado yo cómo, de 1860 a 1914, una estructura céntrica del discurso científica (Impresión vs sensación), redistribuida por una instancia intermediaria, la Estética científica, articula los dos niveles de la infraestructura y del campo cultural ( aparición del psicoanálisis y de la semiología, principios del estructuralismo, poesía simbolista, pintura abstracta) Para una mejor comprensión de lo que viene a continuación, tengo que remitir a la primera parte de este estudio que se refiere a la relación que se tiene que hacer entre las nociones de imagen sonora de Freud y de imagen acústica de Saussure.
A primera vista lo que llama la atención en este amplio panorama es la verdadera revolución que afecta la definición y el estatuto de aquello que Saussure va a llamar significante. Freud cuestiona la relación entre el objeto y el signo que lo designa al estimar que la representación consciente « asocia la representación de la cosa y la representación del vocablo correspondiente » y llama ‘afasia simbólica’ a la consecuencia de una alteración o de una ruptura de esta articulación. (Huot : 1987, 66) . En el relato que hace de sus estudios sobre la histeria observa atentamente la nitidez plástica de las representaciones que aterrrorizan a los enfermos y nota que estas representaciones se van esfumando conforme ellos las van describiendo. En su Contribución a la concepción de la afasia propone « un esquema psicológico de la representación de la palabra » que pone de manifiesto la indisolubilidad de los dos elementos que integran la misma entidad (imagen sonora del vocablo+ imagen visual del objeto) :
Comenta de la manera siguiente este esquema : « La representación de la palabra se nos parece como un complejo representativo cerrado, la representación del objeto en cambio como un complejo abierto. La representación de la palabra no está relacionada con la representación del objeto por todos sus elementos constitutivos sino sólo por la imagen sonora. De entre las asociaciones de objeto son las visuales las que representan el objeto así como la imagen sonora representa la palabra. » (Freud : 1983, Paris PUF,127 ; en este artículo todas las traducciones son de mí).
No se trata luego de una sencilla equivalencia en la cual uno de los dos elementos podría sustituir al otro sino de una entidad indivisible. Cuando uno de los dos elementos está alterado o cuando esta entidad constituida por la imagen visual del objeto y la imagen sonora del vocablo se desagrega , se trata para Freud de una afasia simbólica.
Esta definición por Freud nos remite a la definición similar que propone F. de Saussure el cual utiliza la expresión de ‘imagen acústica’ para definir lo que terminará por llamar significante :
El signo linguístico une no una cosa y un nombre, sino un concepto y una imagen acústica. Ésta no es el sonido material, cosa puramente física, sino la grabación psíquica de ese sonido, la representación que de él nos da el testimonio de nuestros sentidos ; es sensorial y si a veces la llamamos « material » es sólo en este sentido y por oposición al otro término de la asociación, el concepto, generalmente más abstracto. El carácter psíquico de nuestras imágenes acústicas aparece claramente cuando observamos nuestro propio lenguaje. Sin mover los labios ni la lengua, podemos hablarnos a nosotros o recitarnos mentalmente un poema.Y porque las palabras de la lengua son para nosotros imágenes acústicas, hay que evitar hablar de los « fonemas » de que están compuestas. Por implicar este término una idea de acción vocal, no puede convenir más que a la palabra hablada, a la realización de la imagen interior en el discurso. (Saussure : 2005, 98 ; la traduccción y el subrayado son de mí)
Este pasaje ha sido muchas veces citado, sin que se haya sin embargo, que yo sepa, subrayado lo que en él me interesa, o sea la distinción que hace el autor entre el fenómeno físico ( el sonido material) y el espacio psíquico ( la grabación psíquica de este sonido) en el que se construye una « representación sensorial », una « imagen interior », o sea, literalmente, una sensación. La imagen acústica – el signo – es, para Saussure, un fenómeno psíquico. Las dos definiciones, del signo por Saussure y de la palabra por Freud, son perfectamente similares : en ellas se plasma la oposición formulada por la óptica fisiológica entre la impresión y la sensación : la grabación psíquica del sonido, « realización de la imagen interior en el discurso » y cuya naturaleza es sensorial da cuenta de un recorrido similar a aquel recorrido sacado a luz por la óptica fisiológica que a partir de la impresión en la retina produce esta « obra del cerebro » que es la sensación. Se trata para mí de dos microfenómenos discursivos que presentan una significación histórica especialmente densa. Más allá del discurso científico de Freud que de esta forma, comenta los resultados de sus investigaciones clínicas referente al funcionamiento del cerebro, la una y la otra remiten en efecto a un contexto socio discursivo más amplio y, por más señas, al discurso científico producido por la Óptica fisiológica. En el caso de Freud la filiación genética es evidente : hay que recordar que se dedicó a la investigación experimental durante seis años en el instituto de fisiología de Viena dirigido por el Doctor Brücke, el cual pertenecía a la escuela del gran fisiologista Hermann von Helmhotz cuya Óptica fisiológica (1856-1866) fue traducida al francés por E. Javal y E.T. Klein en 1867. Georges Roque observa que la óptica fisiológica se ha desarrollado de manera espectacular en la segunda mitad del siglo XIX, y más especialmente merced a los trabajos de Hermann von Helmholtz :
Como lo ha explicado Georges Ghéroult, que tradujo al francés la Teoría fisiológica de la música, los rayos luminosos producen en el ojo ‘una impresión que los nervios de la retina transmiten al cerebro en forma de sensación. Hay que distinguir dos procesos distintos : la impresión, grabación pasiva por la retina, y la sensación, resultado de la transformación de esta impresión por una serie de mecanismos neurológicos en los que interviene la memoria. Otro discípulo de Helmholtz, Augusto Laugel, afirmaba más claramente todavía que la sensación no es la obra del nervio óptico sino del cerebro (Roque : 203b, 51 )
Freud toma parte pues en una investigación colectiva que llevará a cabo una concepción radicalmente nueva de lo que es la percepción y cuyos efectos se pueden rastrear en varios campos culturales de la época ( los últimos decenios del siglo diecinueve) y más especialmente en los ensayos teóricos que se refieren al arte abstracto. (Véase infra) Las expresiones de imagen sonora e imagen acústica remiten también a la noción de sinestesia cuyo término y cuya problemática aparecen por los años 1860, primero en los campos clínico y científico de las teorías de la percepción y después, en los ensayos teóricos que se refieren a la producción artística. Se evocan y comentan frecuentemente las correlaciones intersensoriales en los últimos decenios del siglo XIX. Marcella Lista señala, por ejemplo, que se debe el primer reparto de los colores por las grandes familias de los timbres al pintor y músico alemán Johann Leonard Hoffmann (Lista, 2003, 216). A principios del siglo XX, en 1904, el biologista Le Dantec piensa que « quizás la ciencia nos permita algún día conocer todos los fenómenos del mundo por medio de uno solo de nuestros sentidos » y a la noción anatómica de sentido sustituye la de lenguaje (lenguaje-color, lenguaje-timbre, lenguaje-palpar, lenguaje-olor, lenguaje-sabor). La reversibilidad de un lenguaje a otro permite concebir ‘una lengua universal de las sensaciones’. ( Roque 2003 y Rousseau, 2003). Para Kupka en La Creación en las Artes plásticas, « la realización de una obra plástica requiere la colaboración de todos los sentidos » y con la memoria de los sentidos « se alargan nuestras impresiones confiriendo de esta forma aspectos colorados a los olores, asimilando a los colores unos sonidos que los matizan, los vocalizan, los enriquecen por medio de semitonos cromáticos etc. »
Cuando, en los últimos decenios del siglo XIX, está evocada una ‘armonía de los colores’ o una ‘música de los colores’ no se trata de sencillas metáforas sino de expresiones que debemos entender literalmente y que transcriben de otra forma lo que significan las expresiones de Freud o de Saussure que estoy comentando. En su Psicología natural (1898) escribe William Nicati que « las longitudes de onda de los principales matices forman en conjunto una progresión geométrica exactamente como las octavas en música.» Esta cita de Nicati pone de manifiesto que la noción de sinestesia se ha desarrollado merced a dos paradigmas dominantes : el modelo de la transformación eléctrica de las sensaciones y, sobre todo, sin lugar a duda, el de la teoría de las vibraciones divulgada precisamente, en 1853, por la Óptica fisiológica de Helmholtz. ( En este particular, véase Roque : 2003b y Rousseau : 2003). Para Saussure además, el signo linguístico « no es el sonido material, sino la grabación psíquica de este sonido. », lo cual evoca las investigaciones dedicadas a tratar de traducir de manera gráfica las sensaciones auditivas y que han desembocado en la invención, en 1877, por Charles Cros del fonógrafo . (Éste deposita el 18 de abril de 1877 en la Academia de ciencias de París un sobre sellado en el que describe el funcionamiento teórico del fonógrafo). Se puede reseñar por lo tanto una serie de realizaciones discursivas en las cuales resultan transcodificados los términos de un discurso científico con que se plasma una matriz semiótica (impresión vs sensación) : gramófono, imagen sonora, imagen acústica, Colour Music (Remington, 1912)…
La re-organización de la concepción, hasta ahora vigente, del proceso de la percepción, cuyo impacto se puede observar en el advenimiento de la semiología, en el arte abstracto y en la génesis del psicoanálisis, es luego el producto, en gran parte por lo menos, del avance de las ciencias y, en última instancia, de la infraestructura. Provoca dos importantes consecuencias : una renovación de la problemática de lo visible y una « nueva interpretación cognitiva de las relaciones entre el mundo exterior y el individuo que imponen las lecciones de la fisiología naciente, valorando el imperio de lo subjetivo en la percepción de lo real » (Rousseau : 2009, 19) Pero esta nueva interpretación se expresa, al nivel discursivo precisamente, por la oposición que acabamos de ver varias veces operar en cada uno de los campos culturales evocados ( psicoanálisis, linguística general, o semiología, pintura abstracta, poesía simbolista) entre la impresión y la sensación que es el producto de un proceso cognitivo en el que intervienen la experiencia personal y la memeoria ( Cf Cros :2012)
Se puede asimilar el funcionamiento de esta estructura al funcionamiento de la morfogénesis textual cuyo proceso operativo ya examiné en varios casos. Por lo mismo, al afirmar que el núcleo del foco morfogenético, en el caso del campo cultural implicado, se organiza en torno a la estructura impresión vs sensación, los microfenómens discursivos que vienen ser las definiciones del vocablo respectivamente dadas por Freud y Saussure por ejemplo (imagen sonora/imagen acústica) pueden calificarse de fenotextos y estos fenotextos transcodifican unos elementos fundamentales del discurso científico. (Véase infra la definición por Saussure de la imagen acústica)
Se ha de recalcar la expresión de transcodificación ya que es un elemento esencial de mi postura sociocrítica propia. Remite en efecto a las polémicas sobre los modos de inscripción de la materia socio histórica en los textos literarios.Se le reprochó muchas veces con razón a la crítica marxista tradicional su planteamiento demasiado mecánico. Pero, precisamente, la sociocrítica ha respondido a esta crítica al optar por un planteamiento mucho más complejo del problema basado sobre la valoración de las mediaciones sociodiscursivas e institucionales que operan en la producción de sentido. El término de reflejo quedó rechazado y fue substituido por transcripción el cual vale si con él se evoca la significación que se le da en el campo léxico de la música « partitura adaptada a un instrumento, una voz o un grupo de instrumentos distintos del original o de los originales. » (El subrayado es de mí). Por su parte, Lucien Goldmann vacila entre transposición y homología cuando se refiere a la forma novelesca, la cual sería para él « la transposición en el campo literario de la vida cotidiana en una sociedad individualista edificada por la producción por el mercado. Existe una homología rigurosa, prosigue Goldmann, entre la forma literaria de la novela […] y la relación cotidiana de los hombres con los bienes, de manera general, y, por extensión, de los hombres con los demás hombres en una sociedad que produce para el mercado. » ( El subrayado es de mí) Esta observación es muy sugestiva pero se refiere a un problema algo distinto de lo que de momento me interesa. No se trata en efecto para mí de hacer constar que existe une relación directa entre dos elementos sino de observar, por una parte, el funcionamiento de un proceso de producción de sentido que implica una serie de instancias intermediarias y, por otra parte, el estatuto semiótico de las mediaciones que para mí son otros tantos sistemas, cada vez epecíficos, de codificaciones, diferentes los unos de los otros. Se me podría objetar sin embargo que los fenómenos producidos por una morfogénesis determinada son homólogos los unos de los otros , por lo menos si nos atenemos al significado que se da a la palabra homólogo en los campos respectivos de la fisiología [ « Órganos que tienen una estructura fundamental idéntica, un origen embrionario idéntico y las mismas conexiones pero cuyas funciones respectivas pueden ser diferentes. »] o de las matemáticas [« Se aplica en matemáticas al transformado de un elemento o de un conjunto por una aplicación determinada » (Diccionario Larousse : 1987 ; la traducción y el subrayado son de mí. María Moliner sólo menciona el uso en la química :’ Se aplica a los cuerpos que tienen funciones iguales y estructura semejante’].Veamos lo que pasa en el caso que nos interesa, reanudando con la definición que Saussure da de la imagen acústica : « Ésta no es el sonido material, cosa puramente física, sino la grabación psíquica de ese sonido, la representación que de él nos da el testimonio de nuestros sentidos ; es sensorial. » En esta definición Saussure no se aparta del campo del discurso científico, pero sabemos que muy pronto va a cambiar el término de imagen acústica por el de significante. Con este cambio de significante desplaza su definición a otro campo al cual va a llamar semiología y en el que se pierden el significado y el origen de la expresión original de imagen acústica. Si no se conoce el nuevo sistema del linguista el vocablo significante no tiene sentido y entre imagen acústica y significante no hay ninguna conexión semántica. La primera expresión describe un fenómeno científico complejo sin lugar a duda pero cuyos datos, tales como vienen presentados en la expresión, son claros. La segunda (significante) oculta este origen, transcodificando literalmente esta primera noción en un sistema que queda por construir y que va organizando sus propias regularidades. Significante y significado son, en efecto, en el sentido que les da Saussure en su época dos neologismos.
Tomemos otro ejemplo : el esquema freudiano de la representación de la palabra (Véase más arriba). Se nota en este esquema una entidad de dos caras que no son disociables : la representación del objeto+ la representación de la palabra, de manera que cualquier alteración de una de las dos representaciones afecta también a la otra . La Óptica fisiológica, al cuestionar, por medio de la oposición entre la impresión y la sensación, el estatuto de lo visible, del objeto y, luego del significante que lo representa, lleva a destruir este objeto cuyos componentes (formas y colores) resultan desligados, y, por lo mismo, queda aniquilado el significado también. En adelante la palabra, ya desconectada de las « asociaciones de objeto » correspondientes, ya no tiene significado. Los valores plásticos del significante, del color o de la línea se pueden luego contemplar como unos transformados de la estructura implicada (Impresión/sensación) en los respectivos contextos de dos partiduras o de dos aplicaciones (Poesía/Pintura) que puedo calificar también de modelizaciones organizadas en torno a dos sistemas de codificaciones distintos el uno del otro. Para descartar cualquier ambigüedad, aunque sigo diciendo que los fenotextos son homólogos, opto por el término de transcodificación ( descartando el de homología), cuando tengo que evocar el proceso de adaptación de un enunciado estructural inicial y programador a un nuevo campo discursivo, por medio de una nueva aplicación que organiza las categorías formales que van a re-configurar el enunciado inicial. La transcodificación consiste en efecto en transformar una representación de informaciones organizada por una codificación determinada en otra representación organizada por una codificación diferente.
¿Es admisible sin embargo la reducción del foco inicial de la morfogénesis a una única relación estructural entre dos conceptos ? Tengo que recordar que, cuando estoy formulando una relación de este tipo, presentándola como un eje céntrico de la producción de sentido en un texto (o de la producción semiótica en un campo cultural, como se da el caso aquí) estoy formulando con ello el resultado de la convergencia de una serie de relaciones, calificadas de relaciones primarias constitutivas de una relación estructural más abarcadora que las incluye, definida por una oposición de conceptos. Veamos por ejemplo mi estudio de La Vida de Guzmán de Alfarache (España, 1599-1604) de Mateo Alemán cuya estructura genética inicial es para mí la diálectica de la Justicia y de la Misericordia. Cabe precisar que en el proceso de mi análisis fueron las conclusiones sacadas por un previo acercamiento semiótico del texto las que me llevaron a formular esta estructura, a la inversa de mi actual exposición que acata mis preocupaciones pedagógicas. Dicho de otra forma, fue despuès de sacar a luz una estructura considerada en adelante como genética de la producción textual cuando me interesé por el contexto sociohistórico para tratar de entender y explicar su origen. En este contexto observé las tres problemáticas siguientes :
Esta formulación (Justicia vs Misericordia) se presenta como un producto reconstituido a partir de varios transformados de esta dialéctica o, mejor dicho, de la transcodificación de esta estructura básica en ( y por) tres sistemas que corresponden a las problemáticas siguientes cuyos importancia e impacto son manifiestos en el contexto sociohistórico de la aparición de La Vida de Guzmán en el último decenio del siglo XVI en Castilla (Cros : 1971)
1- un debate sobre el libre albedrio y la gracia, la querella De auxiliis gracia. En pocas palabras, se trata de opinar sobre si el hombre se salva porque se lo merece o por la sola misericordia de Dios, cuestionamiento que lleva a Santo Tomás a distinguir la gracia eficaz y la gracia suficiente.
2- Un debate sobre la reforma de la beneficencia que surgió en las sociedades luterianas del norte de Europa y que se transplantó en Castilla, particularmente por medio del libro de Vives, Del socorro de los pobres . En este debate se cuestiona la concepción católica tradicional de la limosna (dar al pobre es prestar a Dios), oponiéndole la postura de los protestantes que prohiben el pordioseo a cualquier pobre apto para el trabajo, ya que en el caso contrario el rico compra sus salud a expensas del pobre válido que, negándose a trabajar, pierde su salvación.
3- A nivel de la forma, ya había demostrado, en 1967 (Cros :1967), el impacto manifiesto de la Retórica en la composición y la escritura del texto de Mateo Alemán. Y la práctica discursiva judicial es por antonomasia el espacio en el que el fiscal que exige la justicia se confronta con el abogado que pide la misericcordia.
Se trata de tres campos discursivos distintos administrados por tres aplicaciones, o tres voces, distintas que producen transformados respectivos distintos de un solo elemento embrionario. El objetivo de mi análisis consiste en tratar de identificar este elemento, que, en el caso presente, es precisamente la dialéctica de la Justicia y la Misericordia. Llamo morfogénesis al proceso complejo que opera la transcodificación de este elemento. Veamos entonces cómo , en cada uno de los tres casos que acabo de evocar,la transcodificación viene a desconstruir este elemento embrionario.
En el primer caso, se trata de una relación individual con Dios ; la justicia es el producto de una relación entre la práctica de unos valores morales y religiosos y la salvación del alma . Dos tesis teológicas se enfrentan. La Misericordia y la Justicia son puros atributos de Dios y por lo tanto dos valores absolutos. El segundo caso tiene que ver con un problema de organización de la sociedad y aunque está implicada en última instancia la religión, se trata de dos valores relativos con arreglo a las circunstancias y a las personas implicadas. Son verdaderos instrumentos que permiten comprar su salvación y luego valores degradados. La dialéctica, por otra parte, presenta opciones contradictorias cuyos límites son dificiles de precisar : ¿en qué circunstancias soy más justo o más misericordioso con el pobre ? ¿cuando le doy una limosna o cuando me niego a dársela ? ¿Significa mi comportamiento de persona supestamente justa que critico a la persona misericordiosa ? Lo mismo pasa con la gracia : ¿cuándo pasamos de la gracia suficiente a la gracia eficaz ? ¿Cuándo pasamos de la misericordia a la justicia o de la justicia a la misericordia ? Las modalidades de las prácticas de estos dos valores son diferentes : en los dos primeros casos , ‘cada uno es hijo de sus obras’, aunque los considerandos son diferentes ; el destino del sujeto depende de sí mismo y, en última instancia , de Dios. En el tribunal es un juez quien ha de decidir despuès de escuchar al fiscal y al abogado. Se me podría objetar pues que las equivalencias que establezco son discutibles, más especialmente cuando asiento por ejemplo una equivalencia entre, por una parte la misericordia de Dios que perdona al pecador, la compasión del hombres piadoso deseoso de aliviar el sufrimiento de los pobres, la solicitud que aboga por la clemencia de los jurados, y, por otra parte, el mérito, intrínseco o no, del hombre, la recompensa en el más allá, el castigo de un crimen o una solicitud de clemencia. Pero precisamente no quiero asentar equivalencias de valores sino equivalencias de relaciones entre dos valores . Esta relación sigue igual en los tres casos ; sólo cambian los contenidos léxico-semánticos de las relaciones implicadas. Estas diferencias se explican por la presencia y la intervención de tres operaciones de transcodificación que remiten a tres prácticas sociales y discursivas diferentes. Estas constituyen espacios discursivos respectivos que no se confunden el uno con el otro : distribuyen los mismos significantes pero el mismo significante ( (justicia o misericordia por ejemplo) remite a significados distintos en el contexto de cada uno de los tres sistemas cuyo funcionamiento es cada vez específico. Es lo que acabamos de notar al distinguir la misericordia de Dios de la compasión cristiana y de la clemencia solicitada por el abogado. Cada sistema (religioso, social o judicial) organiza sus propias asociaciones de signos, sus propios trayectos semióticos y sus propias regularidades con arreglo a una verdadera clave de sol que precisamente hace posibles las adaptataciones a una partidura o a otra, a una voz o a otra. Remito a lo que decía arriba de los fenotextos homólogos. La estructura, que es siempre la misma, representa el elemento embrionario. Los contenidos que esta estructura organiza remiten a unos elementos que han servido para construir tres fenotextos distintos. Las relaciones calificadas de primarias son inferidas de los análisis respectivos y objetivos de cada uno de los tres sistemas. Ateniéndome a este tipo de funcionamiento en el análisis de la morfogénesis puedo identificar su punto de convergencia y definir a éste como una relación estructural dialéctica entre la misericordia y la justicia. La estructura fundamental que se concreta en las relaciones que califiqué de primarias sale a luz, se revela, gracias a la manera como estas relaciones se organizan entre sí. Se nota pues obviamente que este punto de convergencia no es el producto de un proceso argumentativo reductor sino que, al contrario, es un foco dinámico y polifónico que multiplica los espacios en que se graban los impactos de la inscripción de la materia socio histórica en el texto.
Pero, precisamente, ¿ cómo explicar la coincidencia en el texto de Mateo Alemán de las trazas del impacto de estos tres campos discursivos (teológico, reformista, retórico) ?¿ Trátase de una postura teórica y subjetiva del analista o, éste, al contrario, tuvo simplemente que levantar acto de un tipo de funcionamiento semiótico propio de la producción de sentido ?
Para construir mi argumentación seguí considerando hasta ahora esta estructura genética como un dato objetivo sacado a luz a partir de mis estudios anteriores y traté de examinar el proceso de transcodificación a partir de los contextos sociodiscursivo y sociohistórico de los cuales se supone que emerge esta estructura. Ahora hay que recorrer el camino a la inversa y tratar de demostrar su presencia y su estatuto en el mismo seno del foco intratextual que programa la morfogénesis. Queda por mencionar con esta perspectiva otra característica del texto que había sacado a luz en1973 en una conferencia leída en un congreso de la Sociedad de los Hispanistas Franceses (SHF) en Grenoble, o sea que el texto de Mateo Alemán transcribe el impacto del capitalismo mercantil. Esta sugerencia quedó confirmada por la excelente y nutrida tesis de Michel Cavillac (Cavillac :1983). Por mi parte, estudié con esta perspectiva ya en 1983 (y retomé este enfoque varias veces tratando cada vez de profundizar y precisar mis primeras observaciones) un pasaje de la Segunda Parte de La Vida de Guzmán de Alfarache. [La última versión de este estudio salió en El Sujeto cultural (Cros : 2005)] En este pasaje el narrador describe al verdadero amigo como quien lo da todo sin esperar ninguna compensación ; compara en este sentido al verdadero amigo con la generosidad de la Tierra , lo cual lo lleva a convocar y a desconstruir el mito de la Edad de Oro. Tal es el tema explícito desarrollado en unas veinte líneas. Pero para tratar este tema, el narrador maneja un material semiótico muy sorprendente en este contexto : la escritura en efecto emplea un conjunto organizado de términos y expresiones que proceden del campo léxico de la actividad comercial y del derecho mercantil. No se puede imaginar más evidente contradicción entre lo que se quiere decir y la manera como se dice. (Véase : www. sociocritique.fr Cros, E., « Towards a Sociocritical Theory of the Text »). Al te doy y tú me das que implica fundamentalmente el comercio se opone la abnegación y la verdadera generosidad del amigo que te lo da todo sin esperar ninguna compensación.
Esta realización semiótica (Cambio vs Oferta gratuita) se puede examinar desde dos puntos de vista : por una parte añade una nueva relación primaria a las dos anteriores ( la práctica discursiva del mundo del comercio) ; es, por otra parte, el producto de la estructura que presenté más arriba como abarcadora. Podemos completar con ella nuestras dos series de valores : misericordia divina, compasión cristiana, clemencia solicitada por el abogado + auténtica generosidad vs mérito, recompensa en el más allá, castigo de un delito + intercambio en el contexto del capitalismo mercantil. Recuerdo sin embargo que es a partir de esta última oposición sacada a luz por el estudio semiótico del texto (Cambio vs Oferta gratuita) como convoqué en el contexto las otras tres . Pero, en esta perspectiva, el mérito, la recompensa, el castigo son unas manifestaciones diferentes de un significado idéntico, que es la justicia ; o, dicho de otra forma, un significado idéntico que es el te doy y tú me das que, obviamente, podemos relacionar con el capitalismo mercantil y el valor de cambio. La expresión dialéctica Cambio vs Oferta gratuita se presenta como un transformado del elemento embrionario identificado hasta ahora por la oposición entre la justicia y la misericordia. Sólo difieren las formulaciones y estas diferencias de formulaciones proceden de las diferencias que separan los códigos que operan en las prácticas socio discursivas respectivamente implicadas en los campos religioso, social, judicial o económico.
Pero, en el transfondo de esta relación embrionaria asoma otro esquema en el que se oponen por una parte los valores auténticos (la compasión, la misericordia,, la indulgencia, la abnegación) y, por la otra, los valores degradados por ser utilizados como intrumentos en servicio de una finalidad, tales como el yo te doy y tú me das, en los cuales se plasma el valor de cambio que nos remite a un tiempo histórico específico dominado por el capitalismo mercantil en el contexto de la formación social correspondiente. Con esta formación social corresponde une formación discursiva dominada por el discurso del modo de producción dominante. La formación discursiva e ideológica que se articula sobre la formación social se estructura por lo mismo en torno a la dialéctica Cambio vs Oferta gratuita que viene a ser el elemento dominante del sistema a nivel de la superstructura y la dialéctica de la Justicia y de la Misericordia (que se plasma en torno a la querella De auxiliis gratiae, la polémica sobre la beneficencia y el arte de la Retórica) se manifiesta como el transformado de la estructura abarcadora.
En este caso para dar cuenta del foco morfogenético es lícito vacilar entre dos formulaciones : valor auténtico vs valor degradado o bien : valor de uso vs valor de cambio ? ¿Cuál de las dos hay que privilegiar ? La una y la otra transcriben el mismo significado aparente, situado sin embargo en dos campos diferentes : el de la ética (valor auténtico vs valor degradado) y el de la economía (valor de uso vs valor de cambio). Pero, como lo acabamos de observar, esta aptitud para deslizarse de un campo a otro es un efecto del proceso de la producción de sentido. Este modo de funcionamiento presenta el valor de uso como un valor auténtico, articulando de esta forma lo ético y lo económico. Esta observación nos lleva a otro cuestionamiento teórico que se refiere al funcionamiento de la morfogénesis : ¿Cuáles son las consecuencias de estas contaminaciones fenotextuales ?
Para tratar de contestar hay que evocar primero aquella red semiótica compleja que hemos solicitado más arriba. Una vez distribuidos por la escritura, los impactos de estas prácticas discursivas no actúan con arreglo a las regularidades de los respectivos campos de donde proceden. En el texto no existe ningún espacio en el que tal o cual campo podría operar, de manera autónoma, acatando su lógica interna. Los elementos que participaban hasta ahora de las microsemióticas de cada una de estas prácticas organizan en el texto nuevas asociaciones desconectadas de cualquier dependencia de su original organización y en el contexto de las cuales tal o cual significante puede ser atrapado por otros conjuntos de signos. Esta autonomía, que de cierta forma es aparentemente –y sólo aparentemente- caótica, concierne todo el material semiótico de los campos sociodiscursivos implicados, incluso los elementos más o menos explícitos de las problemáticas en torno a las cuales se han organizado inicialmente. Afirmar lo contrario nos llevaría a imaginar el espacio intratextual como un espacio inerto en el que estarían almacenados conjuntos semióticos milagrosamente conservados intactos que se podrían reseñar y recolectar, así, sin más. Con arreglo a estos fenotextextos el esquema estructural funciona a manera de un conmutador o cambio de agujas que provoca los deslices semióticos y la permeabilidad de los discursos. Eso se puede concretar , por ejemplo, en unos espacios en los cuales vendrían a coincidir elementos aislados procedentes de la problemática de la reforma de la beneficencia y otros del universo del comercio o del debate sobre la eficiencia de la gracia, otros tantos elementos que, en última instancia, remiten más o menos directamente a la fractura de la Reforma, que pone en tela de juicio la autenticidad de la fe y la degradación de las prácticas religiosas, y a la Contra Reforma.
Como lo afirmaba más arriba, no se trata para mí de establecr equivalencias de valores sino equivalencias de relaciones entre valores. Es esta relación entre el uso y el cambio [o lo auténtico vs lo degradado] lo que, en el seno de la morfogénesis, es el elemento embrionario. Y esta dialéctica señala que en el texto opera una dinámica de la confrontación que cuestiona el valor de cambio desde el punto de vista del valor de uso o el valor degradado desde el punto de vista del valor auténtico. Cuestiona pues, en última instancia, el campo económico a partir de una postura teológica. Es este cuestionamiento el soporte fundamental de la inscripción de lo social en el texto en la medida en que transcribe una fase especialmente importante del desarrollo del capitalismo cuyos efectos son perceptibles en el campo de la espiritualidad y de lo religioso.
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