Reseña
Este ensayo visibiliza la conexión de textos semióticos extraídos del análisis de un corpus de filmes de ciencia ficción con los discursos publicitarios de grandes corporaciones del mundo de Internet.
El planteamiento estructural del libro comprende tres grandes bloques que atienden a la forma, el contenido y los silencios y buscan hallar la transcodificación de ciertos aspectos de una estructura social del momento actual del capitalismo tecnológicamente globalizado con raíces en la sociedad estadounidense contemporánea. El orden del análisis no es banal en concordancia con el principio lacaniano de la primacía del significante y la escucha de los silencios es un aspecto de la sociocrítica que nunca debemos dejar fuera de nuestro campo visual.
Este ensayo visibiliza la conexión de textos semióticos extraídos del análisis de un corpus de filmes de ciencia ficción con los discursos publicitarios de grandes corporaciones del mundo de Internet. La selección de películas proviene preferentemente del ámbito del cine más comercial de la industria de Hollywood, en buena parte adaptaciones de un grupo no muy extenso de escritores destacados del género como Philiph K. Dick, Arthur C. Clarck, Isaac Asimov o Stanislav Lem.
El planteamiento estructural del libro comprende tres grandes bloques que atienden a la forma, el contenido y los silencios y buscan hallar la transcodificación de ciertos aspectos de una estructura social del momento actual del capitalismo tecnológicamente globalizado con raíces en la sociedad estadounidense contemporánea. El orden del análisis no es banal en concordancia con el principio lacaniano de la primacía del significante y la escucha de los silencios es un aspecto de la sociocrítica que nunca debemos dejar fuera de nuestro campo visual.
Previamente un conciso capítulo introductorio recapitula oportunamente algunas definiciones básicas para entender la perspectiva sociocritica: texto, conciencia y estructura social. Se establece con claridad la necesidad de centrarse en una semántica de las relaciones entre signos, atentos en primer lugar el concepto de articulador semiótico (estructuración manifiesta en prácticas sociales o discursivas visibles en el pretexto o fuera de texto) y en segundo lugar el concepto de articulador discursivo (estructuración manifiesta en el texto). De este modo, el ideosema sería la relación entre ambos y la red de ideosemas una micro-semiótica intratextual.
Sin dejar de valorar parte de sus aportaciones se marca no obstante distancia teórica con algunos de los presupuestos sociológicos de Manuel Castells, que se ha centrado en el estudio de la sociedad global digital, llamada sociedad red. Se hace un señalamiento en este sentido de la profusión de metáforas tomadas de la neurociencias y de la informática. El autor interpreta que se halla ante un discurso tendente a ocultar el carácter histórico y por tanto contingente de la matemática burguesa, para presentar conceptos de origen literario bajo apariencia de universalidad y objetividad, obviando el carácter alegórico de la ausencia de sujeto que sustenta el método científico y silenciando cualquier rastro que evidencie la realidad como constructo contingente. La divergencia teórica se manifiesta también si consideramos que Castells se refiere expresamente a una comunicación consciente y reitera además el concepto de actores sociales conscientes.
Tanto el análisis fílmico como el análisis discursivo de las marcas multinacionales tecnológicas atraviesan tres redes significantes para cada una de las instancias del sujeto (preconsciente/consciente, no-consciente e inconsciente) y desvelan sus interrelaciones en el marco de la polifonía del signo. El análisis de la forma bajo la premisa, como decíamos, de la primacía del significante aborda la cuestión de la interfaz en el segundo capítulo del libro, desglosando los signos relevantes que en este nivel textual transmiten las marcas Twitter, Google y Facebook.
El capítulo más extenso del ensayo es el que emprende la reconstrucción de los textos semióticos a través de un corpus extenso de filmes de ciencia ficción para mostrar el origen y el muy significativo peso de la ficción cinematográfica y en última instancia literaria en ciertas formaciones discursivas. Es importante la continuidad de la presencia de los mitos tanto en el espacio textual de la ficción como en el espacio textual de lo histórico, encarnado en la extensa penetración mediática de ciertos lugares comunes del marketing del ámbito tecnológico.
La singular recurrencia textual de los monstruos de genealogía prometeica, del viaje en el tiempo como vía de acceso a la cuestión del libre albedrío o a la noción –aquí- protestante de predestinación, se interpretan en tanto que actualizadas al servicio de la legitimación del capitalismo cuyo aceleramiento de la actividad productiva encubre el apego individual a un rol pasivizado y victimizado.
El subgénero de ciencia ficción llamado ciberpunk traslada a partir de la década de los 80 del s. XX un discurso de confrontación ante la visión optimista del futuro tecnológico, oponiendo una representación socialmente catastrófica de un futuro inmerso en consecuencias nefastas del uso de las tecnologías biológicas e informáticas. Parece un desplazamiento claro del fantasma de la guerra nuclear que impregnaba durante la Guerra Fría una parte considerable de los textos fílmicos del género fantástico. Este discurso pugna con su opuesto, el de la construcción de utopías positivas confrontando visiones dispares del capitalismo.
La idea de la tecnología como extensión de los sentidos, como prótesis, por su fuerza y recurrencia, requiere también un enmarcado social e ideológico, tanto en su lectura positiva como en el contradiscurso antiautoritario que se le opone, en el que no se interpreta la tecnología como una superación sino como una expropiación alienante. Parece que la idea del poder democratizador de las tecnologías de Internet sería una de las realizaciones recurrentes de un mito de filiación mesiánica en la génesis de la concepción de la tecnología, una sobrevaloración de la capacidad antitotalitaria de la circulación de la información.
En lo referente a determinadas constricciones relativas a los géneros cinematográficos y a sus prescripciones ideológicas implícitas no se dejar de observar la estructura narrativa de los tres actos aristotélicos del cine comercial, casi absolutamente hegemónica, y su pretendida universalidad dramatúrgica.
La ontologización de similitudes metafóricas sobre el funcionamiento neuronal humano y el funcionamiento nodal de Internet y a su vez el funcionamiento social en red son también objeto de una necesaria contextualización ideológica en este ensayo. El modelo explicativo de conciencia de las neurociencias y la psicología cognitiva debe ser confrontado con la enseñanza freudiana, tantas veces obviada, sobre el aparato psíquico humano.
Por otra parte se cuestiona la metáfora que identifica la comunicación en Internet como una mejora de la conversación recordando que Emmanuel Godo contrapone conversación en el sentido de una realización de la convivencialidad de Ilich, es decir, una dignificación de la humano, frente a conectividad, a saber, la interacción social bajo la forma del intercambio económico.
El declive del patriarcado en Maffesoli es el debilitamiento del adulto fuerte y racional y de los principios que sostienen la modernidad: razón, individuo y progreso. Esta crisis lo es tanto de la fe papal como la de la Razón, la de la ciencia en última instancia. En la perspectiva de este autor lo jerárquico está siendo sustituido por lo fraternal-tribal, que reaparece tras su tachadura histórica gracias al rechazo de la unidimensionalidad de la función representativa, en su vertiente de espacio sagrado fuente de auctoritas.
Digna de mención también es la conexión histórica entre la cultura cómica popular inscrita en lo carnavalesco medieval - recordando a Bajtin en sus estudios sobre Rabelais- y la socialidad electrónica, así como la capacidad de observar la realización de ciertos proyectos de algunas vanguardias artísticas del s. XX gracias a las nuevas tecnologías de Internet. Otro señalamiento ideológico destacable es la correspondencia discursiva que se establece entre el ciberespacio y una especie de reino del espíritu, libre de la corporeidad humana, así como la arquitectura del software como regulación política de la conducta del usuario.
El ensayo dedica un capítulo específico a la escucha de los silencios, entre los que su autor destaca:
- La genealogía de la magia -acudiendo al clásico de François Ribadeau- conduce al cuestionamiento de la división de pares opuestos ciencia/magia que se nos impone ideológicamente para prestigiar el discurso científico, sobre el molde de la distinción realidad/ficción.
- Las brechas mundiales sobre el acceso a la tecnología.
- El tránsito forzado del fetichismo de la mercancía al fetichismo de las redes sociales.
- La ocultación de que los procesos de emancipación política implican conflictos no exentos de violencia entre grupos y clases sociales con intereses políticos, sociales y económicos enfrentados.
- La ocultación del carácter contingente de la noción de futuro, formada a partir de los siglos XVI y XVII y la consecuente tachadura de otros futuros posibles a los del curso de los acontecimientos capitalistas.
- La transformación que el capitalismo lleva a cabo del signo tiempo.
- La presentación del carácter supuestamente neutral de tecnología y ciencia en tanto que colonización de lo no-consciente.
Se propone la lectura de vampiros, zombis y cíborgs como metáforas del tardocapitalismo, apoyados reiteradamente en la figura de la viralidad tan querida por el discurso colonial acerca de la alterización de la barbarie. El signo cíborg juega un papel importante en la identidad contemporánea. Cierto feminismo ha esgrimido su potencial desestabilizador de lo identitario para integrarlo discursivamente con el fin de señalar que lo importante del monstruo de Frankenstein es que es hecho humano por otro. Cierta acentuación ideológica del signo ciborgización puede ser una herramienta de cuestionamiento del par natural/artificial, tan profunda e ideológicamente asumido en nuestra cultura.
En las formaciones discursivas del llamado solucionismo tecnológico (Morozov) se promueve la connotación moral positiva de los primeros términos de los pares de signos eficacia/ ineficacia, perfección /imperfección, certeza/ incertidumbre. Proviniendo las formaciones discursivas de los modos y relaciones de producción se hacen visibles las formaciones ideológicas en torno a la ciencia actual sometida a un capitalismo que lucha por negar su propio agotamiento. El consumo ilimitado y el crecimiento ilimitado, son el índice del goce adictivo sin final y sin mediación simbólica, consecuencia del debilitamiento posmoderno de la función paterna en la economía psíquica relacionada con lo infraestructural neoliberal consumista.
La retirada de la metáfora paterna conecta la pervivencia de sensaciones infantiles de omnipotencia (goce total) y establece una alianza simbólica fundamental con los discursos contemporáneos de la tecnología y la ciencia. Ciertas explosiones de nacionalismo o religiosas tratarían de restituir esta figura paterna debilitada. La evolución de la crisis financiera transcribiría el fin del patriarcado, entendida como abolición de los límites y la abolición del lugar sagrado donde se legitimaba la autoridad. En el marco globalizado la potestas sin auctoritas o la hipertrofia de la primera frente a la segunda pueden suministrarnos un referente válido en que apoyar las definiciones del civilizado y el bárbaro.
Se confirma el hallazgo en diferentes niveles de textos de ciencia ficción y de divulgación científica de un campo morfogenético en torno a la oposición real/virtual en otros pares de opuestos como estabilidad/flexibilidad, limitado/ilimitado, obstáculos/fluidez, estrechez/libertad, regulación/desregulación, duración/instantaneidad.
Finalmente la realidad prescrita por la ciencia en tanto que dispositivo de contención frente a la incertidumbre insoportable de lo Real que se enuncia en los sueños, torna crucial el concepto de lo fantasmático habida cuenta de que en la oposición entre sueño y realidad el fantasma está del lado de la realidad y es en los sueños donde hallamos lo Real traumático. El espejismo de lo que se presenta como objetivo, como cierto, a veces como evidente, es el fantasma que nos propone atravesar este ensayo, el de la posibilidad de leer –paradójicamente- el signo ficción científica en una rigurosa literalidad, referido ya no al carácter especulativo (incluso anticipatorio) de un tipo determinado de ficción como a la ciencia como una ficción singular y en ocasiones, coincidente con cualquier otra en su funcionamiento discursivo y social hegemónico.
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